En una economía de mercado, las empresas manufactureras que suministran bienes tanto a los mercados externos como internos no pueden mantener una posición estable durante mucho tiempo.
Su estrategia solo se basa en los indicadores de competitividad de los productos básicos, sin considerar el nivel y el costo de la fabricación y las ventas de calidad mundial de productos básicos o bienes. Al ingresar a un nuevo mercado propio, decidir ampliar la producción o reducir el mercado, realizar inversiones para modernizar equipos técnicos o actualizar productos, se debe evaluar la competitividad del fabricante o empresa.
Por eso, aumentar la competitividad de la industria nacional es la tarea principal del desarrollo económico de España, que se ha destacado constantemente en los discursos del Presidente y los miembros gubernamentales. El proceso de lograr los objetivos más importantes de la sociedad en una economía de mercado se refleja en la estrategia de la empresa, y esta establece objetivos a largo plazo. En el sistema de estos objetivos, existen grandes diferencias en los métodos de gestión, por lo que se pueden distinguir dos conjuntos de indicadores para garantizar que se resuelvan las principales tareas relacionadas con el desarrollo de la empresa.
El primer grupo de indicadores, participación de mercado de la empresa, dinámica, volumen de ventas, etc., suele reflejar, aunque indirectamente, la satisfacción del consumidor con los productos o servicios de la empresa. El segundo conjunto de indicadores, beneficio, tasa de beneficio, productividad laboral, etc., refleja el nivel de eficiencia de producción de una empresa determinada.
Desempeño y competitividad micro y macro
La mejora de la eficiencia de la producción es la base para mejorar la rentabilidad y la supervivencia de la empresa en la competencia, especialmente en las condiciones modernas donde la ciencia y la tecnología se están acelerando rápidamente. Por eso, aumentar la productividad debería ser la máxima prioridad de la gestión interna. A largo plazo, el principal factor de productividad son los cambios innovadores en la tecnología y la organización de la producción, lo que conduce a la reducción de costos
Para una sola empresa, es necesario distinguir entre la eficiencia de producción potencial y la eficiencia de producción real. Si el nivel de eficiencia potencial depende de las condiciones externas de las actividades económicas, la disponibilidad de mano de obra, materias primas, recursos energéticos y, en primer lugar, depende del nivel general de desarrollo científico y tecnológico del país, entonces la productividad de la empresa depende principalmente del nivel de la gestión y organización de la producción.
No solo puede aumentar debido a innovaciones organizativas o tecnológicas que reducen los costos de producción. Una reserva importante de la eficiencia productiva real es el conocimiento de la gestión de la empresa de las nuevas tecnologías o métodos de organización laboral. Otro factor es la mejora de la estructura de los productos manufacturados, que se actualiza constantemente, y la optimización y diversificación de la estructura de recursos para la producción.
Otro factor de productividad puede ser la concentración de la producción, las llamadas economías de escala. Pero para que esta oportunidad se materialice en la práctica, la empresa gestora debe incrementar la inversión en nuevos equipos y maquinaria con una capacidad unitaria mayor, y reorganizar la fuerza laboral de acuerdo con el nuevo plan. En otras palabras, la concentración de la producción es una expresión más del impacto del progreso científico y tecnológico en la eficiencia, es difícil distinguir sus factores de influencia independientes como clave y distinguirlo del impacto del progreso científico y tecnológico.
